En Thinking With You sabemos que las ideas -por buenas que sean- transforman solo cuando se ponen en marcha. Cuando hablamos de Diseño Organizacional o de Cambio, la toma de consciencia es solo el paso previo antes de vivir el cambio. Por sí sola, no vale. 

Cuando nuestros compañeros Israel Alcázar y Diego Rojas tuvieron la idea de crear Thinking With You, como espacio de desarrollo personal y profesional, también soñaron con una manera diferente de hacer las cosas. Los cómos no estaban tan claros. De hecho, a diario, todo el equipo vivimos el reto de ser un laboratorio de nuevas formas de trabajar y nuevas formas de organizarnos. 

Una de esas ideas originales de Diego e Isra al crear Thinking, es que sería un lugar sin jerarquía. En esta estructura no habría alguien superior a otra persona, sino que deberíamos encontrar la fórmula para hallar la riqueza y la aportación tan distinta y valiosa de cada un@ cultivando la autonomía, la responsabilidad y la colaboración. 

La jerarquía, como término común, distingue entre superioridad e inferioridad, y relaciona a los miembros del equipo por niveles de anterioridad y posterioridad dentro de las organizaciones. Para nosotros, la interdependencia es diferente y tiene otros matices más complejos, pero como comprobamos, más enriquecedores. 

No tener jerarquías no significa vacío de control y orden

En las organizaciones más tradicionales, donde priman el control y la supervisión, existe un sentido jerárquico, de arriba a abajo. Hay una exigencia superior donde es más fácil provocar que el compromiso y el propósito sean reemplazados por el miedo y la justificación por parte de quien está en un lugar inferior. (¡Y ojo! Que sabemos que no siempre es así). Por eso, el reporte sobre los avances se lleva cabo a la dirección inversa: de abajo a arriba. Se produce una desigualdad en la información y la comunicación que no sirve para enriquecer y sumar ideas, sino para “salvarse las espaldas” ante alguien superior.

Pero no te pienses que nosotros no reportamos ni controlamos el trabajo del equipo. Lo que pasa es que lo hacemos de manera diferente. Desarrollamos la autonomía y la responsabilidad autoorganizándonos. Imagina una estructura circular donde unos y otros nos apoyamos, seguimos los avances y damos feedback. En nuestro espacio utilizamos tableros y otros radiadores de información físicos (pizarras y tableros) y virtuales (nuestro canal #ElPregonero de Slack), donde hacemos público el avance de cualquier iniciativa y creamos constantes oportunidades para hablar y sincronizarnos. 

El reto aquí está en hacernos responsables y autónomos para cumplir nuestros compromisos en cualquier proyecto compartido y ser transparentes sabiendo que pediremos ayuda cuando lo necesitemos, y que ayudaremos cuando se nos pida en cualquier proyecto. 

Nuestras estructuras son líquidas

Cada proceso que existe tiene una estructura ordenada que hemos consentido, y una finalidad compartida. Y sobre los procesos nuevos que necesitamos incorporar, intentamos diseñarlos con la misma coherencia para que puedan ser útiles desde que aparece la necesidad, hasta que volvamos a utilizarlos en alguna situación similar. 

Un ejemplo claro son nuestra estructura en forma de EDIs. Una EDI es un Equipo De Inciativa. No tenemos departamentos ni especialidades, sino que cuando decidimos crear un proyecto, configuramos un equipo con diversidad de perfiles que pueden y quieren aportar con el conocimiento, motivación y experiencia que tengan sobre ese tema (o las ganas de aprender sobre el mismo). 

El concepto de experimento (con-sentido) para ser adaptativos, lo utilizamos también en nuestra manera de tomar decisiones, por ejemplo cuando (s)eleccionamos a las personas, cuando revisamos la relación de cada miembro de Thinking With You con el equipo, etcétera.

La liquidez no se «desparrama» gracias a que hay acuerdos, compromiso y significado en nuestros procesos internos. 

La eficiencia y la calidad también son importantes

Aunque seamos atrevidos experimentando con nuevos modelos de organización, tenemos estructuras que soportan los procesos simples y predictivos de cualquier organización: el pago de nóminas, los documentos y pagos a proveedores, la gestión de los contratos, los acuerdos de confidencialidad… Las nuevas formas de trabajar también utilizan y aprovechan los procedimientos que han dado orden y sostenibilidad a las compañías hasta ahora. 

Las herramientas que utilizamos fomentan la transparencia y las estructuras planas

Trello, Slack, Drive, Gmail y Whatsapp nos permiten estar conectados y ser transparentes. Buscamos la participación colectiva siempre. De esta forma, la comunicación es diaria y no está asociada solo a momentos de “supervisión”, sino a una revisión y aportación compartida constante. Donde, además, sabemos cuidarnos y aportar valor.

Formas de liderar

Porque no todos lideramos todo, ni #SinJerarquías significa que nadie lidera las iniciativas. De hecho, hay un liderazgo formal y uno informal. En el formal, por ejemplo, Isra y Diego toman algunas decisiones organizacionales para crear la visión y virar en el propósito, objetivos, principios guía y medios para desarrollarnos, generando también el contexto para que siga emergiendo el liderazgo informal. 

Este segundo tipo de liderazgo surge dentro de las EDIs en función del conocimiento, habilidad, valentía o recursos que tengamos cada uno del equipo. ¡No todos tenemos la misma experiencia y habilidad en lo mismo y esta diferencia sabemos aprovecharla! Una vez establecida la estructura líquida de la EDI, definimos roles y nivel de implicación para que podamos hacer real la idea de ser equipo diverso y estable.

La autoorganización necesita autoliderazgo.
Thinking

Tecnología social

Además de las herramientas que hemos mencionado arriba, para que una estructura sin jerarquías pueda ser productiva, saludable para el equipo y fluya, contamos con la tecnología social -a veces más costosa de conseguir en las organizaciones- de la conversación y el feedback frecuentes. A través de ellas, nos regalamos los unos a los otros oportunidades de aprendizaje y de información en tiempo real sobre cómo trabajamos y cómo podemos seguir mejorando. 

Como ves, trabajar sin jerarquías, pero sí con autonomía y responsabilidad, tiene que ver con la generosidad de aportar permanentemente lo mejor de ti y dejar que otros -con otras formas de trabajar y de ver las cosas- aporten su talento y su visión sumando con igualdad a lo que juntos hacemos. 

Y es que, en esa riqueza basamos nuestro propósito de cambio y el valor más importante de la organización: Nadie nos gana a ser nosotros mismos

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