Las metodologías ágiles plantean el paradigma organizacional de los equipos multidisciplinares y autoorganizados. Sin embargo esto implica que las personas de los equipos tengan conocimientos de diferentes áreas para poder tomar mejores decisiones,  eliminar bloqueos, evitar el célebre “bus factor” (que el conocimiento importante no esté centralizado en una persona, sino que se comparta con el equipo, por si a ésta le toca la lotería y se va), o tener mayor autonomía en las tareas del día a día. Estos conocimientos permiten reaccionar antes a los imprevistos y, tener así, mayor capacidad de adaptación ante este mundo cada vez más volátil, incierto, complejo y ambiguo. 

Cada persona del equipo tiene sus prioridades y sus fuegos que apagar, y no siempre va a tener tiempo para explicarnos cómo hacer algo, o va a poder involucrarse en los problemas que puedan surgirnos. Ante estas problemáticas, en Thinking With You decidimos hace tiempo optar por las formaciones internas entre diferentes áreas de conocimiento. Una de estas áreas es la de Finanzas y contabilidad de la empresa. 

Por qué conocer las nociones básicas de finanzas

Como responsable de finanzas, pienso que en las empresas es importante que las personas cuenten con las nociones básicas de finanzas, ya sea tanto para tomar decisiones como para tener conocimientos básicos que nos ayuden a comprender cómo afectan nuestras decisiones diarias al resto del equipo como sistema, y a la empresa como entidad económica (gastos e ingresos, funcionamiento de la misma…). Esto último en Thinking cobra especial interés, ya que somos una organización horizontal donde cada cual emite decisiones desde su responsabilidad, conocimiento y compromiso. Por tanto, si todos tenemos que remar en la misma dirección y poner nuestro granito de arena, lo mejor es contar con toda la información necesaria.

Es complejo -y poco realista-, pretender que todas las personas de una organización sean conscientes de todo. Es común, en empresas donde no todos tienen información de las distintas áreas, que se creen lo que solemos llamar silos informativos. Por ejemplo, se da el caso que el departamento de marketing no tiene toda la información que tiene el departamento de compras. Esa falta de transparencia, o quizá de objetivos compartidos, hace que las personas de un área no tengan una foto global de la cadena de valor que representa el conjunto de los departamentos. Muy probablemente esto repercuta en la decisión que tomen, pues desconocen el impacto humano y económico que implica la misma.

Cómo afectan las metodologías ágiles a las finanzas

Realmente las metodologías ágiles se adaptan a las necesidades que emergen o al proceso que hay que realizar. Se han ido aplicando en diferentes contextos, no solo en el del software. Por tanto no es adaptar las finanzas al mundo agile, sino al contrario.

Las metodologías ágiles promueven una cultura participativa, transparente y flexible ante los cambios que se suceden. Y esto mismo es lo que intentamos trasladar a las finanzas también. Por ejemplo, a la hora de tomar decisiones podemos ver cuánto llevamos gastado en marketing, patrocinios, eventos…, podemos ver cómo vamos a nivel de ingresos, etcétera. Y de esta forma ver si nos interesa -o no- invertir o gastar dinero en una acción concreta. Ponemos la transparencia y la información a nuestro servicio para poder adaptarnos de manera ágil a las necesidades del contexto.

La otra cara de la transparencia en las finanzas

La comparativa de números (cuánto factura uno respecto a otro, cuánto gana uno en relación a otro….) puede conllevar implicaciones emocionales no siempre tan positivas como se desearía. En Thinking no creemos en la meritocracia como tal, ni que haya el mismo esfuerzo pero diferentes etiquetas salariales, de identidad… Esto no siempre se gestiona bien. Además, con tanta información y conocimiento, la responsabilidad que se adquiere puede llegar a abrumar, convirtiéndose en otro peso sobre tus hombros. 

Ocurre, además, lo que Israel llama como infoxicación. El estar expuestos a tanta información hace que no siempre sepamos qué es importante y qué no, o incluso que nos saturemos en un momento dado.

Y otra posible implicación negativa es la incorrecta interpretación de los datos. Haber tenido mil euros de gastos puede ser positivo o negativo, dependiendo de cómo lo interpretes y de qué variables estés teniendo en cuenta. Por eso es necesaria una formación mínima de finanzas y contabilidad cuando tienes un sistema completamente transparente. 

Qué nos aporta conocer sobre finanzas y contabilidad

Nos ayuda a tener una visión holística y más amplia sobre este área de conocimiento, así como una comprensión mucho más profunda del impacto que tenemos en la organización. Sumando a lo anterior, también nos da conocimientos básicos para poder ser más líquidos, es decir, más adaptativos en cuanto a las tareas que desarrollamos diariamente en la empresa. Aunque sin duda, nos ayuda a construir un pensamiento más crítico y realista, orientado a decisiones más conscientes, valoradas con la mesura intelectual y emocional necesaria que en determinados momentos se requiere. En Thinking With You es importante esto último porque las decisiones relevantes las tomamos cada miembro del equipo. Por ejemplo, la estrategia empresarial, si crecer o no, cuánto necesitamos para cubrir todos los gastos, dónde se originan, cuánto cashflow necesitaríamos para poder pagar a final de mes todos los sueldos de las personas del equipo, sin tener, a la vez, descuadres si algún cliente no nos paga a tiempo… Si de partida no contamos todos con la misma información, puede que haya personas que trabajen de más, o planifiquen estrategias sin tener presupuesto para ello.

En empresas más jerárquicas, en las que las decisiones no las toman todas las personas, sino los que disponen de la información, según su posición departamental en el organigrama de la empresa, quizá no sean tan necesarias este tipo de formaciones.

Reflexiones

Este tipo de iniciativas generan más cohesión entre diferentes áreas de una organización, promoviendo así una cultura interrelacional donde los silos desaparecen al poner a disposición de todas las personas la misma información. Además, permiten que estas puedan entender la información que le proporcionas, y así sentirse valoradas.

Sucede en varias empresas que basan sus formas de trabajo en una cultura del recelo y de la envidia, que no son capaces de compartir ni de considerar al otro. Ni comparten la información, ni se relacionan entre sí. No existe una cultura de equipo.

En definitiva, este tipo de iniciativas ayudan a que los departamentos desaparezcan, favoreciendo que las personas se entiendan entre sí, y puedan conocer de primera mano el trabajo de otras personas en otras áreas. Al final esto repercute en una comunicación mucho más natural y fluida, evitando las fricciones por falta de comprensión e interés hacia lo que hace el otro/a. 

Desde la humildad y las ganas de seguir mejorando, apostamos por estas formaciones en nuestro deseo de continuar humanizando las empresas.