En los últimos años, hemos visto proliferar organizaciones con jerarquías prácticamente planas que funcionan como una máquina engrasada para la entrega de valor. Estas organizaciones nacieron así y su contexto es más sencillo, ya que no tienen herencia.

¿Qué pasa con grandes organizaciones, con jerarquías verticales, donde la aplicación de cambios se hace difícil por la diferencia de objetivos e intereses? 

De la charla de David Gómez en el podcast de la UXERSchool me impactó una frase:

“No puedes romper los silos sin gestionar las fuerzas que los crean”.

Me gustó porque tiene en cuenta la realidad de las organizaciones sin obviarla, es más, poniendo en el centro que existen necesidades. La pregunta es ¿dónde están las mayores fuerzas en una organización con una estructura en silos? Sin ningún tipo de duda se encuentran en la alta dirección. Los comités de empresa o los C-Board, organizan sus responsabilidades en torno a lo ámbitos de conocimiento, y fijan sus objetivos en torno a esos ámbitos. Estos objetivos calan al resto de la organización, y a medida que viajan a través de la jerarquía se van separando más y más.

El resultado es que equipos de creación de valor de distintos departamentos tienen objetivos tan dispares que la colaboración es imposible. ¿Cómo resolver esto, entonces?

Las pequeñas organizaciones tienen una cadena de entrega de valor (value stream) muy corta, es decir, desde que surge la idea hasta que llega al mercado, pasa por unas cuantas manos y es fácilmente gestionable. Esto, en grandes organizaciones donde la idea surge en un punto y se ejecuta en otro muy lejano al mismo, supone una cadena de valor muy larga, es decir, pasa por muchas manos para cubrir todas las necesidades. La alta dirección, al igual que los equipos de creación de valor, deben girar hacia ser un equipo multidisciplinar con responsabilidad compartida extremo a extremo enfocado en la entrega de valor. Del mundo de las metodologías ágiles hemos traído el concepto de equipo multidisciplinar con responsabilidad extremo a extremo y el foco puesto en la entrega de valor al cliente. De la mezcla de esto con esa alta dirección me surge el concepto de Value Stream Owner.

Un Value Stream Owner es un miembro de ese nuevo equipo de dirección que lidera una de las cadenas de entregas de valor extremo a extremo en la organización. Remarcar que el concepto extremo a extremo significa desde la idea original hasta la puesta en el mercado. Solo podremos medir este impacto si medimos el valor aportado a los clientes sin tener en cuenta el área de especialización o la parte del proceso productivo del que provenga el desarrollo, producto o servicio que genera dicho valor, ya sea finanzas, recursos humanos o tecnología.

De la misma forma que las transformaciones digitales y culturales impulsan que los managers y responsables de proyecto y departamento cambien su estilo de liderazgo, la parte alta de la jerarquía debe hacer lo propio pero en su nivel de abstracción. De lo contrario, no estaremos gestionando las fuerzas que crean los silos.

En este punto, probablemente encontremos puntos críticos, pero que no distan mucho de cualquier equipo con el que trabajamos a nivel de construcción de valor.

¿Estamos hablando de que todos debemos saber de todo? Obviamente no.

En este punto, solemos distinguir entre equipo multidisciplinar frente a persona multidisciplinar. Lo bueno de que un Value Stream Owner no sea experto en todas las áreas de la cadena de valor, es que requiere de la visión y conocimiento del resto de Value Stream Owners. Esto genera conversación en torno a cómo impulsar la entrega de valor , lo que rompe la tensión hacia los objetivos por silos o departamentos.

¿Significa entonces que deben tomar decisiones sobre cosas que no conocen o en las que no tienen experiencia? De la misma forma que un Product Owner se deja asesorar por el equipo de desarrollo para la toma de decisiones, los Value Stream Owners deben confiar en la visión de los demás.

¿Significa entonces que seré responsable de decisiones que otros toman por mí? Existe una palabra en inglés que me gusta usar en estos casos en lugar de responsabilidad y que no tiene traducción directa: accountabilty. Los Value Stream Owners son “accountables” de la entrega de valor, sin embargo, la responsabilidad es compartida por todo el equipo. De la misma forma que si nuestro producto tiene un fallo en el mercado, la responsabilidad es de todo el equipo en global aunque sea el Product Owner quien responde ante ella.

Esto significa rediseñar la organización, enfocada en la entrega de valor y no en las áreas de conocimiento, desde los cimientos, desde lo más profundo, de tal forma que pueda calar a toda la organización. En esta nueva organización del top management, la entrega de valor está en el centro.

Los Value Stream Owners tienen en su cabeza los productos entregados. De este modo, conseguimos una actitud centrada en el cliente y no centrada en el ego.

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