Hoy queremos hablaros de cómo la aplicación de la metodología Lean puede contribuir a la mejora de la calidad en el sector de la salud.

La filosofía Lean, originalmente derivada del sistema de producción de Toyota, ha encontrado su lugar en el entorno sanitario bajo el término Lean HealthCare. Esta corriente busca identificar y eliminar los desperdicios en los centros sanitarios, es decir, aquellas actividades que no aportan valor al paciente.

La principal contribución de Lean hacia la mejora de la calidad asistencial se encuentra en su enfoque centrado en el paciente. Bajo Lean HealthCare, los pacientes son vistos como el epicentro de todos los procesos del sistema de salud, y cada acción se orienta siempre  hacia su beneficio. Es la máxima de Lean en toda aportación de valor que está presente en cada iniciativa.

El propósito de Lean en general y de Lean Healthcare en particular es mejorar la calidad asistencial a través de la optimización de los procesos, eliminando desperdicios, lo que se traducirá en una mejora en la atención sanitaria, más eficaz y menos propensa a errores. A su vez, Lean contribuye a la mejora de los procesos asistenciales favoreciendo la reducción de costes vinculados a los recursos materiales, del tiempo que requieren las  personas para realizar sus tareas, o de ambas cosas a la vez.

Además, Lean mejora la satisfacción del paciente y su experiencia percibida y  el bienestar del personal sanitario y no sanitario, dos componentes clave en la atención en el cuidado de salud.

Finalmente, Lean promueve una mejor comunicación y colaboración entre los miembros del equipo asistencial y no asistencial, lo que no solo conduce a la eficiencia del sistema, sino que también mejora significativamente la calidad de la atención.

Este aspecto nos parece que tiene una importancia crucial. Los que nos dedicamos a la Transformación y al cambio organizacional, vemos de manera recurrente que uno de los principales impedimentos organizacionales es precisamente la comunicación, o la ausencia de ella, y que un equipo de trabajo debe fortalecerse todos los días por medio de una serie de prácticas y espacios donde esa comunicación  tenga lugar.

Si hacemos un poco de zoom en la mejora de la comunicación, vemos que, por un lado, Lean Healthcare promueve la transparencia y la visibilidad de los proyectos y sus procesos. Esto es fundamental para mantener a todo el equipo informado y alineado con los objetivos planteados y facilita una comunicación fluida.

Por otro lado, Lean Healthcare activa la colaboración en los equipos de trabajo. En un entorno sanitario, esto puede traducirse en una comunicación más abierta y regular entre los diferentes miembros del personal de la salud, lo que mejora la coordinación en la atención al paciente, aumentando así la eficiencia y la efectividad.

Por último, Lean Healthcare  también optimiza el proceso de mejora al establecer metas claras y métricas que se basan en datos empíricos. Al hacerlo, todo el equipo tiene una comprensión clara de lo que se espera de ellos y pueden trabajar juntos para alcanzar los objetivos establecidos.

Así es como la adopción de la filosofía Lean, aplicada a la Salud, puede llevarnos hacia una mayor eficiencia de nuestros recursos y procesos sanitarios, al mismo tiempo que facilita un aumento en la calidad en la asistencia a los pacientes.

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