Sincronización viene del griego syn (unido) y chronos (tiempo), habla de la habilidad de ajustar en el tiempo determinadas acciones, sucesos, o para lo que nosotros veremos, el tratamiento de la información a través de la sincronización.La sincronización de la información sería el ajuste de la misma lo largo del tiempo. Los equipos de alto rendimiento son capaces de desarrollar una conciencia colectiva que les permite detectar en qué momento necesitan de esa sincronización y qué información deben dar para alinearse.

La dirección de la información no tiene por qué ser siempre la misma, a veces será necesario únicamente la sincronización de dos personas por separado, otras veces del equipo al completo, y otras de un equipo con otros equipos. La sincronización provee la posibilidad de la generación de objetivos y la validación de los mismos.

En la práctica, deberían existir diferentes niveles de sincronización para el buen funcionamiento de las organizaciones. Todo comenzaría con la sincronización con uno mismo, donde tomaríamos conciencia de lo que ocurre dentro de nosotros y de cómo percibimos lo que ha ocurrido a nuestro alrededor, desde ahí, a través de la comunicación ajustaríamos nuestras expectativas con otros para poder alcanzar objetivos que no podemos alcanzar por nosotros mismos. Por último, los equipos podrían sincronizarse con otros equipos a través de sus miembros o de representantes que fueran alineando la información.

La información que se aporte a la hora de sincronizar debe ser de máximo valor, considerando la de mayor valor la que se encuentra más cercana a los individuos que realizan las tareas, debido a que sin ella no se puede construir la restante. De ahí la importancia de tener una buena comunicación y generar entornos donde las personas puedan hablar libremente sobre su realidad, siendo los modelos tradicionales y las personas que los siguen auténticos motores de desincronización y ocultación de información de valor. En esos modelos tradicionales, la información termina siendo ficticia y más alejada de lo que verdaderamente está ocurriendo, castigando el error y no potenciando el aprendizaje continuo.

En nuestros equipos de trabajo está siempre presente la sincronización, e intentamos potenciar la calidad de la información que fluye de estos mecanismos y el manejo de la misma. Trabajamos con reuniones diarias, para sincronizar al equipo a primera hora de la mañana y potenciar el alineamiento hacia objetivos diarios. Reuniones de planificación para la sincronización de la funcionalidad del producto en ciclos cortos de 2 semanas o menos. Refinamientos de la información para sincronizarnos ante posibles riesgos y dependencias que pongan en compromiso los ciclos siguientes. Eventos de presentación de producto para sincronizarnos con los usuarios y clientes y dar pasos alineados con la organización. Sesiones de recopilación de información de producto, del equipo, de la relación del equipo con la organización, de la arquitectura e infraestructura del producto, de la persona individual.

Aún así, no olvidemos que alcanzaremos el nivel de equipo de alto rendimiento, cuando el poder de la conciencia colectiva sincronizada con la conciencia individual de cada uno de los miembros del equipo, active las necesidades de sincronización más allá de cualquier estructura prefijada.

Al final, el poder de sincronización debería estar al servicio de todas las personas que sienten que para alcanzar objetivos superiores necesitan del resto de la humanidad.